Gzhel

Gzhel RIA / Vladímir Vatkin

Desde antaño el nombre de Gzhel se asocia con una región situada en el sureste de la provincia de Moscú que está formada por decenas de pueblos y aldeas. Sus habitantes fueron maestros de la cerámica, y el proceso de cocción del barro (en ruso el verbo “cocer” es zhech, obzhigat) terminó dando nombre a la propia región. Gzhel es la profesión artesana del pueblo que conservó sus tradiciones autóctonas y les dio continuidad con las generaciones; creó sus peculiaridades actuales de estilo y fundó su propia escuela.

La palabra gzhel hoy en día es increíblemente popular, se asocia con la belleza, la armonía y lo misterioso de los cuentos. La porcelana adornada con dibujos azules y la mayólica (loza esmaltada en metal) de muchos colores tiene gran fama y no solamente en Rusia, sino en muchos países del mundo. Los artículos de Gzhel atraen a todos los que aprecian lo maravilloso y fantástico y a los conocedores de la pintura internacional.

Los estudios arqueológicos en esta región confirman la existencia allí del oficio de alfarero desde principios del siglo XIV. Los terrenos de Gzhel siempre fueron ricos en macizos forestales, ríos y arcillas tan finas como el caolín.

Durante siglos, los campesinos de Gzhel fabricaron diferentes artículos como azulejos y tejas. A partir del siglo XVII la región se hizo famosa por la fabricación de vajilla de mayólica (que eran artículos hechos de arcilla con dibujos de diferentes colores hechos sobre esmalte blanco). En el siglo XIX todos los maestros de Gzhel inventaron una nueva tecnología: hacían semifayenza (material cerámico de acabado exterior vítreo), posteriormente fayenza y, finalmente, porcelana. Numerosas fábricas pequeñas y empresas importantes comenzaron a producir porcelana.

El periodo entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX resultó ser de crisis profunda. Parecía que el arte de Gzhel moriría para siempre.

Después de la guerra resurgió el oficio y la búsqueda de su propio estilo. Para eso hubo que trabajar mucho y dar formación a nuevos maestros. El resultado fue exitoso y en el año 1972 se fundó la asociación llamada “Gzhel” con seis talleres ubicados en diferentes pueblos. Los grupos que la crearon elaboraron artículos nuevos y concibieron nuevas formas. La pintura llegó a ser más llena y ahora responde a todas las exigencias del arte contemporáneo. Hoy, en la fabricación de la porcelana se siguen todavía las tradiciones antiguas rusas: los maestros hacen los dibujos con cobalto, que a lo largo del proceso tecnológico obtiene el característico color azul, y pintan cada artículo a mano con su propio estilo, con los matices azules y con el fondo blanco.

Jarras, estatuas, juguetes, chimeneas, lámparas y muchos otros objetos de porcelana son el resultado, no solo de un proceso esmerado de fabricación, sino de siglos de tradición artesana y cultura popular.

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