Fútbol
Comienzos del fútbol en Rusia
El fútbol llegó por primera vez a Rusia a finales del siglo XIX y ya en septiembre de 1893 en San Petersburgo se jugó el primer partido oficial. Un periodista del diario El Papel Petersburgués describió lo que vio de la siguiente manera: “La idea del juego es que un grupo de jugadores trata de introducir una esfera en el arco contrario utilizando los pies, la cabeza, todo lo que se pueda, exceptuando las manos. El campo de juego estaba sucio y los señores deportistas de uniforme blanco corrían por el barro dándose espaldarazos contra el suelo. Todo esto acompañado de una descontrolada mofa de los espectadores”. Sí, seguramente fue un inolvidable día de entretenimiento para los presentes en el partido. En esos tiempos en Rusia llamaban al fútbol “juego inglés al aire libre” o “balón de pie”.
Pese a la fecha del primer partido oficial de fútbol, este deporte ya existía hacía tiempo en Rusia. Al igual que en otros países, existían juegos de pelota parecidos al fútbol. Los primeros futbolistas jugaban con un balón de cuero relleno de plumas, pateándolo con lapti. Al igual que en Inglaterra, en Rusia trataron de prohibir el fútbol. Una orden religiosa decía lo siguiente: “Aquel que durante los feriados o en la semana y las noches festivas, asista a los juegos, a las carreras de caballos o se ponga disfraces, no podrá recibir la comunión por siete años, hará cien reverencias y rezará doscientas oraciones”. El arcipreste Avvákum Petrov incluso propuso quemar a los jugadores. Un decreto del zar Alejo I de 1648 decía así: “Aquellas personas que cometan actos que Dios condena serán castigados y deberán golpearlos con palos y los que aun así no dejen de hacerlo, y lo repitan una y otra vez, serán enviados fuera de la ciudad”.
En los años 60 del siglo XIX, el escritor Nikolái Pomialovski en su obra Relato de una escuela militar describe el primer fútbol ruso: “En la parte izquierda del barrio cerca de 70 alumnos de la escuela militar juegan con un balón de cuero, relleno de pelo, y del tamaño de una cabeza humana. Dos grupos se colocaron frente a frente, uno de los alumnos llevaba la esfera, moviéndola lentamente con los pies, en lo que consiste el arte del juego, porque con un tiro fuerte el balón podría irse al lado contrario, donde se apoderaría de él el otro equipo. Se prohibía golpear el balón con la punta, pero se podía golpear la pierna del rival. Estaba prohibido ir al campo contrario y esperar a que llegara el balón para tomarlo y llevarlo a la zona indicada. Al que rompía las reglas le enjabonaban el cuello. '¡Pelota!', gritaban los estudiantes, dando a entender que habían conquistado el campo contrario. Los ganadores están encantados y con orgullo volvían a su campo. Son felices…”.
Con el tiempo el fútbol se fue extendiendo por las demás ciudades rusas. Los primeros equipos en Rusia aparecieron en San Petersburgo, Odesa, Mikolayiv, Riga, y después en Moscú. A principios del siglo XX se organizaron los primeros campeonatos entre equipos de fútbol y en 1911 las ligas de San Petersburgo, Moscú, Kiev, Mikolayiv, Tver, Járkov, Odesa y Sebastopol se unieron y formaron la Unión de Fútbol de Toda Rusia y en ese mismo año fue reconocida por la FIFA.
Nacimiento de la selección soviética y dificultades durante la guerra
La fecha oficial de la creación de la selección de la URSS se considera el 16 de noviembre de 1924. En su primer partido venció por 3–0 a Turquía. Durante los diez años siguientes siguió jugando y después estuvo veinte años sin participar en competiciones internacionales debido a la guerra, la posguerra y la oposición al comunismo en gran parte del mundo.
En uno de sus libros, Escándalos y tragedias del fútbol ucraniano, el famoso cronista de fútbol Alexéi Babeshko cita a Pável Karakash, uno de los participantes de un partido disputado en la ciudad de Mariupol, en ese tiempo ocupada por los nazis: “Empezó la guerra. Los futbolistas que no pudieron viajar al Este continuaron entrenando. Una vez en el lugar de los entrenamientos aparecieron unos soldados y oficiales alemanes y dijeron: ‘¡Hagan un equipo y estén preparados para el partido! Es una orden. Los que no la cumplan serán castigados’. El capitán del equipo, Kiril Papusha, trató de motivar a los suyos para el juego. El oficial propuso: ‘Cada jugador del equipo ganador recibirá dos marcos [moneda de Alemania en esos tiempos]’. Al final acordaron que los alemanes pagaran con dinero y los nuestros con huevos, diez por cada participante”.
El partido se disputó en la entrada de una fábrica ante más de 5000 personas. El campo estaba limpio pero no había arcos y en lugar de estos pusieron ladrillos. El árbitro era alemán, así que no se podía esperar justicia en el partido. El entrenador y jugador del equipo, Mashkin, anunció la táctica del partido: ‘Chicos, ellos tienen botas, así que eviten los encontronazos, pasen el balón rápido, no lo tengan mucho en su poder’. El plan se cumplió a la perfección: con dos goles de Papusha y Churikov los “locales” ganaron a “los visitantes” por 2–1. Después del pitido final comenzó el “reparto de premios”: los alemanes atraparon y golpearon a su rivales, aparecieron pistolas. Golpearon a Papusha y Mashkin con fuertes puñetazos y cuando estos cayeron al suelo, los seguían agrediendo con cobardes patadas. Al final, los espectadores salieron al campo y pudieron detener la paliza.
En 1942, en plena guerra, el fútbol comenzó a crecer a pasos agigantados. Los antiguos jugadores eran poco a poco retirados de los campos militares y de las zonas de retaguardia, se volvían a crear los anteriores equipos, aunque con presencia de jugadores nuevos. En 1944 la guerra no pudo impedir la organización de la Copa de la Unión Soviética, que por primera vez fue para un equipo que no era de Moscú: el Zenit de Leningrado (actual San Petersburgo). Y el 1 de mayo de 1945 el Comité Soviético de Educación Física y Deporte junto al Consejo de Ministros de la URSS decidieron volver a disputar la Liga de la Primera División de la Unión Soviética. El 13 de mayo, como se tenía previsto, en la capital de Georgia, el Dinamo de Tiflis y el Dinamo de Leningrado, hicieron rodar por primera vez el balón tras casi cinco años sin liga. El mejor de los 12 equipos participantes fue el Dinamo de Moscú, que ya había ganado tres de los seis primeros campeonatos. Comenzaba otra historia en el fútbol de Rusia.
Trayectoria de la selección de la URSS en las principales competiciones internacionales
Solo después de la guerra, en 1946, la selección de la URSS fue restaurada e incluida en la FIFA. La escuadra nacional debutó en los XV Juegos Olímpicos de 1952, disputados en Finlandia, donde se enfrentó a las selecciones de Hungría, Polonia, Rumanía, Bulgaria, Checoslovaquia y Finlandia mostrando un buen nivel de juego. Sin embargo, fue eliminado en octavos de final en un partido muy disputado ante la poderosa Yugoslavia. En aquel histórico encuentro la URSS perdía 1–5 pero finalmente logró empatar 5–5 y el resultado final tuvo que decidirse al día siguiente, cuando Yugoslavia ganó 1–3. La prensa consideró de buen nivel el fútbol mostrado por el elenco soviético, pero en casa su actuación fue considerada como un fracaso, por lo que se vieron obligados a ganar en el siguiente torneo, puesto que en una época de control como aquella no podía ser de otra manera.
En 1954 un renovado equipo soviético aplastó por 7–0 a la selección de Suecia y posteriormente empató con Hungría, campeones olímpicos en Helsinki. En 1955 la URSS recibió a la entonces campeona del mundo, Alemania Occidental, a la que venció por 3–2, demostrando que el fútbol de la Unión Soviética había crecido y estaba listo para afrontar grandes retos. Un año después, en las Olimpiadas de Melbourne, venció en la final a Yugoslavia por 1–0 y consiguió así la medalla de oro. Las estadísticas de la selección eran muy prometedoras: entre 1954 y 1956 en 22 partidos obtuvo 16 victorias, 4 empates y solo 2 derrotas. Anotaron 69 goles y encajaron 17, algo que no es de sorprender teniendo bajo los tres palos nada más y nada menos que al legendario Lev Yashin, reconocido como el mejor jugador de Europa en 1963.
En 1959 se fundó la Federación de Fútbol de la URSS y un año después la selección soviética conquistó su primera y última Eurocopa (en ese tiempo llamada Copa de Europa), venciendo en la final a la ya conocida Yugoslavia por 2–1. En 1962 la selección trató de ganar la Copa del Mundo en Chile, pero la suerte estuvo del lado soviético solo al principio, y finalmente los anfitriones privaron a la URSS del tan deseado sueño.
La Copa del Mundo de 1966, en Inglaterra, colocó a la selección soviética entre los cuatro mejores equipos del mundo, superando a los combinados de Brasil, Hungría, Italia, Uruguay, Argentina y España. Pero, como siempre, la buena racha vino seguida de otra negativa, y en los siguientes diez años la selección de la URSS apenas pudo ser segunda en la Copa de Europa y dos veces tercera en los Juegos Olímpicos. En 1980 la Unión Soviética nuevamente ocupó la tercera plaza de la Copa de Europa, en la misma época en la que apareció el feroz duelo entre el Dinamo de Kiev y el Spartak de Moscú y la figura de Rinat Dasáyev, uno de los mejores porteros de la década de los 80. “Rafaé”, como le apodaba la afición española, se retiró en el Sevilla en 1991donde disputó sus últimas tres temporadas como jugador profesional.
En 1988 la selección soviética obtuvo por última vez el oro en los Juegos Olímpicos, en Seúl, y el mismo año fue subcampeona de la Eurocopa. Era la época de la perestroika: la URSS se convertía poco a poco en Rusia y con ella comenzaba otra nueva etapa también para el balompié.
La selección rusa
El fútbol moderno ruso era el hijo menor de su “padre”, el fútbol soviético, de 65 años de edad, dos veces campeón olímpico, campeón de Europa, y medallista en Copas del Mundo. Pero el hijo aún no podía llegar al nivel de su progenitor. La historia del fútbol ruso está marcada por una larga serie de peleas entre jugadores y entrenadores, entre futbolistas y directivos de la Federación. Desde 1992 la dirección de la selección cambió varias veces. En 1994 el equipo se vio envuelto en un gran escándalo, cuando se negó a trabajar bajo la dirección de Pável Sadyrin, siendo las deudas económicas el principal motivo de la disputa. En la Copa el Mundo de Estados Unidos de ese mismo año Rusia no pudo pasar de la fase de grupos: perdió ante Brasil y Suecia, pero en el último partido aplastó por 6–1 a Camerún, en un encuentro en el que Oleg Salenko, premiado luego con la Bota de Oro, marcó cinco tantos, una cantidad que aún no se ha repetido en la historia de los Mundiales.
En 1996 Rusia se clasificó para la Eurocopa de Inglaterra, pero solo logró sumar un punto en la fase de grupos al empatar 3–3 ante la República Checa, que más tarde disputó con Alemania la final del torneo. No se pudo clasificar para el Mundial de Francia 98, pero sí para el de Corea y Japón de 2002, en la que sería la última participación rusa en el torneo futbolístico más importante del mundo. En él debutó con un triunfo ante Túnez pero cayó después ante el equipo nipón y luego contra Bélgica, y no pudo clasificarse para los octavos de final. Lo mismo ocurrió durante la Eurocopa de 2004 en Portugal, donde perdieron ante España y los anfitriones y luego vencieron a Grecia, que después se coronaría campeona de la competición. Pese a esta victoria, no pudieron evitar terminar últimos de su grupo en aquella fase previa.
El año 2008 fue quizás el más importante para la historia del fútbol ruso moderno. La magnífica actuación del equipo de Guus Hiddink en la Eurocopa de Austria y Suiza despertó la pasión rusa por el deporte rey. Se clasificó como segunda de su grupo, tras vencer a Grecia y Suecia y perder ante España y eliminó en los cuartos de final a Países Bajos mostrando un juego brillante, pero cayó nuevamente ante los ibéricos en semifinales. Se fundaba así la esperanza en el renacimiento del fútbol ruso y el sueño de la clasificación para el Mundial de Sudáfrica de 2010. Sin embargo, en las eliminatorias la selección finalizó segunda en su grupo por detrás de Alemania y después perdió frente a Eslovenia en su segunda oportunidad de clasificación. La desilusión volvió a apoderarse de la afición rusa.