Artesanía
La mayoría de los rusos relaciona la palabra "válenki" con algo muy antiguo o simplemente peculiar. Sin embargo, a pesar de los muchos avances técnicos, todavía no se ha inventado nada más cómodo y más calido para pasar los duros inviernos rusos que estas botas de lana.
Durante siglos los "lapti" (en singular "lápot"), una especie de zapatos tejidos con corteza de árbol o líber, fueron el único y principal calzado de los campesinos rusos. Ahora siguen siendo probablemente el calzado más conocido del país y uno de los más antiguos.
Las matrioshkas son las tradicionales muñecas rusas de madera con múltiples figuras en su interior. La figura evoca ideas de maternidad, fertilidad, riqueza y perpetuidad. También son un símbolo de la tierra rusa. La muñeca encarna asimismo una familia grande y unida.
Los juguetes de Dýmkovo son figuritas, habitualmente silbatos, de animales y personas modeladas a mano en barro, pintadas de colores vivos y hechas normalmente por los habitantes de la aldea del mismo nombre, cerca de la ciudad de Kírov, a unos 900 kilómetros de Moscú.
Los juguetes de Bogoródskoye o el tallado de Bogoródskoye, es una variedad de artesanía popular que consiste en hacer juguetes y figuras talladas en maderas blandas (como tilo o alisos). Hoy existe toda una leyenda que narra la aparición de este simpático suvenir ruso.
El "lubok" es una especie de arte figurativo tradicional. Durante mucho tiempo fue considerado una creación popular pero en el siglo XX aparecieron pintores profesionales que empezaron a trabajarlo. No es un invento ruso pero aquí el arte logró un estilo muy peculiar.
Bajo el nombre de "gzhel" se conocen los objetos de barro cocido que elaboran los artesanos en varias aldeas a 50 kilómetros el sureste de Moscú. Una de estas aldeas se llama Gzhel y da el nombre al popular suvenir. La superficie se adorna con dibujos de color azul.
La pintura de Jojlomá es un tipo de artesanía rusa que surgió en la provincia de Nizhni Nóvgorod en el siglo XVII. Jojlomá es el nombre de una aldea en la que se comerciaba con tazas, floreros o cucharones hechos de madera y pintados de colores dorado, negro y rojo.
Es difícil encontrar a un ruso que no haya oído hablar del samovar o no tenga al menos una idea de lo que es. Sin embargo, el samovar no solo es un artefacto para calentar agua, es una muestra espectacular del arte decorativo y de la producción manufacturera nacional.