Yelena Isinbáyeva

Yelena Isinbáyeva RIA / Anton Denisov

Yelena está sentada en el sector de espera. Se pone sus gafas oscuras y se baja la gorra hasta casi los ojos para que la prensa no la desconcentre en su preparación para salir a la pista. Piensa en cualquier cosa menos en saltar. Luego se levanta, coge su pértiga y sin mirar a sus contrincantes, ignorándolos por completo, se encamina hacia la pista. Una de sus rivales se siente ofendida, le roza en el hombro, pero Yelena solo voltea y sonríe. Su adversario pierde el dominio de sí mismo.

Atleta con carácter

Una famosa frase de Yelena dice bastante sobre ella:

“Nunca me relaciono con mis contrincantes porque no creo en la amistad entre dos personas fuertes que pelean por un lugar bajo el sol. Que me vean como a una persona vil”.

Pero los hinchas y los severos críticos la excusan porque esta deportista rusa ha establecido varias marcas mundiales y es la única mujer que ha superado la altura de los 5 metros. Perece que no es posible esperar de ella nada más que la victoria. Por un lado esto le infunde seguridad en sí misma, y por el otro, la deportista constantemente está bajo presión.

Yelena es una de las atletas más reconocidas de su época. Además de sus nueve medallas de oro en campeonatos de atletismo, ha establecido un total de 27 marcas mundiales, 15 de las cuales fueron al aire libre y 12 en pista cubierta desde su aparición en 2004. El 22 de julio del año 2005 se convirtió en la primera mujer que superó la altura de los 5 metros en salto con pértiga. Un pequeño detalle: ninguna de sus marcas fueron establecidas en Rusia.

Hasta el momento Yelena mantiene las marcas mundiales de 5,06 m al aire libre, establecida en la reunión de Zúrich de la Golden League, el 28 de agosto de 2009; y 5,00 m en pista cubierta, obtenida en el Torneo de Donetsk, Ucrania, el 15 de febrero del mismo año.

Unos principios muy lejos de la pértiga

Yelena comenzó practicando gimnasia artística en su ciudad natal, Volgogrado; sin embargo, tuvo que abandonar las lonas de la gimnasia debido a que a los 15 años su estatura superó el límite recomendado para tales competencias. La joven Yelena siguió creciendo y alcanzó el metro con 74 centímetros.

Comenzó a practicar el salto con pértiga en 1997, bajo la tutela de Yevgueni Trofimov, y ya desde sus primeros momentos en su nuevo deporte empezó a mostrar sorprendentes resultados. Fue así como a los 16 años logró su primer triunfo en los Juegos Mundiales de la Juventud de 1998, celebrados en Moscú y donde superó la altura de los 4 metros. El siguiente año repitió el éxito y consiguió su segunda medalla, alcanzando los 4,10 metros en los Juegos Juveniles de Polonia.

En el año 2000 nuevamente logró la medalla de oro en el Campeonato Mundial Juvenil, donde superó la barrera de los 4,20 metros. El mismo año, la disciplina de salto con pértiga en la modalidad femenina exitosamente hacía su debut en las Olimpiadas de Sídney, Australia.

Yelena continuó mejorando sus logros en este relativamente nuevo deporte en los primeros años del nuevo siglo y en 2002 conquistó los 4,55 metros en el Campeonato Europeo, llevándose la medalla de plata. El año siguiente logró un triunfo más, al superar los 4,65 metros y ganó la medalla dorada en el Campeonato Europeo Sub-23.

Entrada triunfal en el más alto nivel

Apenas unas semanas después estableció su primera marca mundial tras alcanzar los 4,82 metros en el torneo de Gateshead, Inglaterra. En el Campeonato Mundial en pista cubierta en París, Yelena tuvo que conformarse con el tercer puesto. Sin embargo, luego del torneo francés realizó nuevos fantásticos saltos con los que obtuvo el oro y estableció nuevas marcas mundiales.

En 2004, año para el que la modalidad femenina de salto con pértiga ya había ganado más popularidad, Yelena conquistó en Budapest su primer título en el Campeonato Mundial en pista cubierta: superó los 4,85 metros y batió el record mundial al aire libre y pista cubierta. Continuó con los triunfos en los Juegos Olímpicos de Atenas, donde obtuvo la presea dorada y nuevo récord: 4,91 metros.

En noviembre de 2005, Isinbáyeva tomó la decisión de mudarse a Donetsk, Ucrania y comenzar a entrenar con Vitali Petrov, quien antes había asesorado al plusmarquista y campeón olímpico Serguéi Bubka.

No todos entendieron la decisión de Yelena y, además, la separación con Trofinov no fue de las mejores, pero al final el tiempo le dio la razón a la atleta. Tardó tres años en establecer una nueva marca (sin contar las de pista cubierta), y fue el 12 de julio de 2008 cuando en una etapa de la Liga Mundial en Roma conquistó los 5,03 metros y poco más de dos semanas después, en Mónaco, estableció su 23.º record personal alcanzando los 5,04 metros.

Las Olimpiadas de Pekín, Isinbáyeva prácticamente las ganó en dos saltos: 4,70 y 4,85 metros. Los 4,95 metros posteriores parecían un calentamiento para lo que venía. Después pidió los 5,05 metros, pero los primeros dos intentos no tuvieron éxito. Yelena se sentó unos minutos y se cubrió con una manta. Luego se levantó rápidamente y salió a la pista, le “rezó” a su pértiga y estableció un nuevo récord mundial.

Un dato interesante: en cada competición la deportista sigue una táctica ya predeterminada. La primera altura de Yelena es de calentamiento, la segunda, la de la victoria, y la tercera la del récord. Además, por petición de la atleta, el fabricante de pértigas Spirit elabora para ellas recubrimientos de colores. Para la primera altura Yelena utiliza la de color rosado, para la segunda, la celeste, y para la tercera, la dorada.

El 15 de febrero de 2009, en el XX Torneo Internacional “Zepter: las estrellas de la pértiga” realizado en Donetsk, estableció dos nuevas marcas mundiales en pista cubierta, superando primero los 4,95 y luego los 5,00 metros, convirtiéndose en la única mujer que ha podido superar tal altura.

Altibajos

Sin embargo, el Campeonato Mundial de Atletismo de 2009 fue para el olvido. Habiéndose clasificado sin mayores problemas para la fase final, no puedo superar ninguna de las alturas establecidas. Tras la finalización del torneo, Isinbáyeva dijo que posiblemente, debido a sus constantes victorias y récords, se hubiera alterado su concentración. La deportista reconoció con lágrimas en los ojos que sentía vergüenza ante su entrenador.

Sin embargo, sin mirar al pasado, el 28 de agosto del mismo año, en la quinta etapa de la “Liga Dorada” en Zúrich, estableció su 29.ª marca mundial, alcanzando los hasta ahora imbatibles 5,06 metros.

En octubre de 2009 Isinbáyeva recibió el premio Príncipe de Asturias de los Deportes de manos de Su Alteza Real, el príncipe Felipe de Borbón, en el Teatro Campoamor de Oviedo. El galardón premió tanto la "ejemplaridad de su vida y su obra", como las metas conseguidas gracias a su "espíritu admirable de superación".

El 10 de abril de 2010, luego de su mala actuación en el Campeonato Mundial de Atletismo bajo techo en Doha, donde no puedo superar ni siquiera los 4,75 metros, Yelena decidió alejarse de su carrera deportiva por un tiempo indeterminado.

“Todos esperan de mí solo victorias, y eso es muy difícil. Pero eso no significa que deje para siempre el deporte. Quiero participar en los Juegos Olímpicos de Londres y en el Campeonato del Mundo en Moscú. La verdad es que estoy cansada, sobre todo, anímicamente”, comentó.

Su entrenador Petrov dio una pequeña característica de la atleta que posiblemente explica la decisión de Yelena: “Isinbáyeva toda su vida le ha temido a la derrota. Frecuentemente salía a la pista no para ganar, sino para no perder. En más de una ocasión he tenido que devolverle el ánimo de competición para que hiciera un salto récord”.

Regreso prometedor

Tras un año de ausencia, Isinbáyeva regresó a las competencias: en el torneo "Invierno ruso" en febrero de 2011, donde saltó 4.81 metros, lo que representó el mejor resultado de la temporada mundial.

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