La crisis financiera de 1998 en Rusia

La crisis financiera de 1998 en Rusia RIA Archivo

La crisis económica de 1998, también conocida como “la crisis del rublo”, que refleja una de las razones principales de la quiebra financiera de Rusia, fue una de las etapas más difíciles para el país más extenso del mundo.

Las causas de la crisis de 1998

Entre las causas que provocaron la depresión de 1998 estuvieron la enorme deuda pública de Rusia instigada por la crisis asiática de 1997, que empezó con la devaluación de la moneda tailandesa, lo que pronto repercutió en otras divisas de Asia; la crisis de liquidez, que no dio la posibilidad de atraer recursos financieros a la economía nacional; y la caída de los precios mundiales de materias primas —la base principal de la economía rusa—, que minó el presupuesto del país.

Para Rusia la exportación de petróleo representaba su mayor fuentes de ingresos al fisco y la caída del precio de este producto tuvo un impacto muy fuerte en la economía del país.

Otro de los problemas fue la estrecha relación de los bancos rusos con las industrias, especialmente con las petroleras.

La crisis se originó por los desajustes macroeconómicos de balanza comercial, cuenta corriente, fiscales y monetarios. La bajada de los precios internacionales del petróleo junto con los subsidios estatales a las empresas y a la población llevó a un exceso de endeudamiento público (de corto plazo) viéndose afectadas las reservas internacionales.

Las obligaciones estatales a corto plazo o, en otras palabras, la pirámide financiera que comenzó a derrumbarse, y la política populista sobre el rublo y el rumbo económico del Estado figuran entre las razones principales de la crisis de 1998.

La causa de la crisis financiera radicó en los métodos gubernamentales para financiar el déficit entre ingresos y gastos. Los síntomas del problema se hicieron evidentes ya a fines de 1997, cuando la deuda interna se elevó drásticamente. El problema se ocultó porque la deuda pública y el déficit presupuestario de Rusia no eran especialmente graves

Otras formas de financiamiento no fueron suficientes para cubrir la brecha fiscal y de balanza de pagos.

Como resultado, Rusia no consiguió pagar sus deudas y se declaró en suspensión de pagos el 17 agosto de 1998.

Consecuencias de la crisis de 1998

En general, la crisis de 1998 puede ser descrita como una depresión de escala local. Se pueden destacar tanto sus consecuencias negativas como positivas.

Un proceso inflacionario, una devaluación de cerca del 300% del rublo en el lapso de tres semanas entre agosto y septiembre de 1998, la paralización del sistema bancario, la quiebra de numerosos bancos y empresas, la brusca caída del nivel de beneficios y de vida de la población y el menoscabo de la confianza figuran entre los resultados negativos.

Los precios se incrementaron y el nivel de vida cayó drásticamente.

Pero también hubo ciertas consecuencias positivas como, por ejemplo, el incremento de la competitividad de la economía de Rusia. Como resultado de la devaluación del rublo, los precios de los artículos importados en el país subieron y los costes de las mercancías rusas en el extranjero bajaron, lo que les permitió penetrar en nuevos mercados. La crisis de 1998 dio la oportunidad de reavivar la industria nacional y aumentar las posibilidades de exportación.

La depresión de 1998, es decir la crisis del rublo, eliminó todos los elementos inefectivos e ineficientes de la economía cediendo el paso a los mejores. Los pequeños negocios se dieron cuenta de su fuerza y comenzaron a desarrollarse en empresas grandes en direcciones nuevas para una economía basada en materias primas.

El resultado principal es el distanciamiento del modelo de economía de materias primas y el desarrollo de nuevos sectores y segmentos tales como el ensamblaje de diversos automóviles extranjeros en el territorio de Rusia. Se incrementó el flujo de inversiones, muchas compañías extranjeras empezaron a abrir sus filiales en Rusia y empresas nacionales salieron a los mercados internacionales.

Los especialistas destacan la imposibilidad de evitar depresiones: la filosofía de la economía estipula que durante la crisis todo lo débil y lo innecesario se evapora allanando el camino para nuevas formas y tecnologías.

Pero según una teoría sobre las olas de crisis la economía, se basa en altibajos, como muestra la crisis de 2008.

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