Piotr Chaikovski

Piotr Chaikovski RIA Novosti

Chaikovski nació el 7 de mayo de 1840 en Vótkinsk, una pequeña ciudad en los Urales (actualmente esta ciudad se encuentra en la república rusa de Udmurtia), donde su padre se desempeñaba como director de una fábrica minera. Los padres del futuro compositor eran aficionados a la música y en casa a menudo se organizaban conciertos de músicos amateurs. Alrededor se oían las canciones de los lugareños. Como escribió el mismo Chaikovski, “se crió en andurriales y desde la niñez se empapó de la belleza de la música popular rusa”, lo que más tarde se reflejó en sus obras.

Turbulencias de la vida

La vida personal de Chaikovski fue turbulenta desde sus inicios. En 1843 sus padres contrataron a la institutriz francesa Fanny Dürbach. Se cree que su amor y afección por su tutelado compensaron la frialdad y distanciamiento de su madre, Alexandra, que no estaba dispuesta a manifestar físicamente su afecto. Sin embargo, otros biógrafos afirman que Alexandra mimaba a su hijo.

Dotado de un talento precoz para la música, Piotr empezó a tomar clases de piano a los cinco años con una maestra local, María Pálchikova, y tres años después ya leía música al mismo nivel que su maestra.

En 1850 su padre fue nombrado director del Instituto Tecnológico de San Petersburgo. Allí el joven Chaikovski recibió educación en la Escuela de Jurisprudencia. Aunque la música no se consideraba una alta prioridad en su programa de estudios, Chaikovski frecuentaba regularmente la ópera y el teatro junto con sus compañeros de clase. Estaba fascinado por las obras de Rossini, Bellini, Verdi y Mozart. La única educación musical que recibió en la Escuela fueron las clases de piano dadas por Franz Becker, un fabricante de pianos que visitaba su casa de vez en cuando.

La madre de Chaikovski murió de cólera en 1854. Esa noticia afectó mucho al joven, que en aquel entonces tenía 14 años. Encontró el alivio espiritual en la música. Pasado un mes de la muerte de su madre, Chaikovski hizo sus primeros intentos de composición con la obra Un vals en su memoria. En ausencia de la tutela de la madre, Chaikovski se vio forzado a enfrentarse a la atmosfera fría de un internado militar. Mientras se encontraba allí, el joven Piotr rehuía del mundo violento encontrando consuelo en la música. Después de escuchar Don Giovanni de Mozart, decidió dedicar su vida al fascinante mundo de los pentagramas.

Músico no, jurista sí

El padre de Chaikovski alentaba su interés por la música y encargó sus estudios, que comenzaron en 1855, a Rudolph Kundinger, un profesor de piano muy conocido de Núremberg. Sin embargo, cuando el padre de Chaikovski consultó a Kundinger las perspectivas de una carrera musical para su hijo, el maestro escribió que nada presagiaba que Chaikovski pudiera ser compositor, ni siquiera un buen intérprete. A Chaikovski le indicaron que dejara sus estudios e intentara encontrar un puesto en el Ministerio de Justicia.

Chaikovski se graduó de la Escuela de Jurisprudencia el 25 de mayo de 1859 obteniendo el rango de asesor titular, el escalón más bajo del servicio civil. El 15 de junio entró a trabajar en el Ministerio de Justicia. Seis meses después lo ascendieron a asistente subalterno en su departamento y al cabo de dos meses obtuvo el cargo de asistente superior.

En 1861 supo por casualidad de las clases musicales que organizaba la Sociedad Musical Rusa. Según Nikolái Kashkin, amigo suyo, a Chaikovski le gustaba competir con su primo aficionado a la música, un oficial del regimiento de granaderos a caballo. Una vez el primo fanfarroneó que podía hacer una transición de una tecla a cualquier otra en no más de tres acordes. Chaikovski aceptó el desafío y perdió pero supo así que su primo lo había aprendido en la clase de teoría musical de Nikolái Zaremba en la Sociedad Musical Rusa.

La música triunfa

Chaikovski enseguida empezó a asistir a las clases de Zaremba. El año siguiente cuando el maestro entró a la facultad del nuevo Conservatorio de San Petersburgo, Chaikovski lo siguió e ingresó aunque no dejó la carrera en el Ministerio hasta que su padre aceptó poyarlo. De 1862 a 1865, Chaikovski entendió la armonía, el contrapunto y la fuga en las clases de Zaremba. La instrumentación y la composición se las enseñó el director y fundador del Conservatorio de San Petersburgo, Antón Rubinstein, que estaba impresionado por el talento de Chaikovski.

Mientras Chaikovski cursaba estudios en las clases de Zaremba, el crítico Vladímir Stasov y el compositor Mili Balákirev formaron una escuela de música nacionalista y crearon el denominado “Gran Puñado” (conocido también como “los Cinco”) en San Petersburgo. Dado que Chaikovski era el mejor estudiante de Antón Rubinstein, se asoció con los Cinco aunque no compartía sus ideales creativos. En 1867, Chaikovski empezó una colaboración con Balákirev que terminó con la creación de la fantasía Romeo y Julieta.

Chaikovski albergaba dudas sobre la música y los objetivos de los Cinco. Su relación con ellos siempre fue cordial pero nunca estrecha. El compositor mantuvo relaciones cercanas con Alexandr Glazunov, Anatoli Liádov y, por lo menos aparentemente, con Nikolái Rimski-Kórsakov.

Cuando Chaikovski se graduó, el hermano menor de Antón Rubinstein, Nikolái, le propuso entrar a trabajar como profesor de armonía, composición e historia de la música en el Conservatorio de Moscú. Chaikovski con mucho gusto aceptó ya que su padre se había jubilado y perdido sus propiedades. 

Aires creativos de Moscú

En 1866 el músico llegó a Moscú. En aquel entonces no era más que autor de numerosas obras, compuestas durante sus estudios en el Conservatorio de San Petersburgo. Pero al poco tiempo Chaikovski se convirtió en uno de los músicos más destacados de Rusia, su fama se extendía y poco a poco su música se conoció en Europa. Durante ese tiempo compuso su primera sinfonía, Sueños de invierno, inspirada en las vivencias del invierno en el que junto con sus padres atravesó las llanuras de Rusia.

En el conservatorio, Chaikovski dedicaba muchas horas a la docencia. Cientos de estudiantes pasaron por su clase, entre ellos el talentoso pianista Serguéi Tanéyev, al que Chaikovski dedicó su fantasía sinfónica Francesca da Rimini. Además el compositor fue uno de los primeros autores de libros de textos y programas de estudios musicales de Rusia. Asimismo tradujo al ruso algunos materiales de teóricos europeos.

Al llegar a Moscú, Chaikovski como compositor empezó a crear música prácticamente en todos los géneros. Compuso óperas, sinfonías, cuartetos, piezas de conciertos para diferentes instrumentos, música para piano, romances y mucho más. A menudo componía obras por encargo para eventos que se celebraban en Moscú.

Una de las características de su creación en este período es el uso del folclore musical de diferentes países. Así, utilizó cantos serbios en su obra Marcha eslava, melodías populares ucranianas aparecieron en su Primer concierto para piano y orquesta y en el ballet El Lago de los cisnes Chaikovski incluyó una suite compuesta de bailes de diferentes pueblos.

“Un caso clásico de imitación al arte”

La cima de su creación dentro de su período moscovita fue la composición de la Cuarta sinfonía y la ópera Eugenio Oneguin, primera ópera de Chaikovski basada en la obra homónima del poeta y escritor Alexandr Pushkin. Este tiempo coincidió con su matrimonio, que inicialmente parecía un caso clásico de imitación al arte. Una de sus estudiantes del Conservatorio de Moscú, Antonina Miliukova, empezó a escribirle cartas apasionadas mientras Chaikovski trabajaba en “La escena de la carta” de su ópera Eugenio Oneguin. En ese momento el compositor tenía 37 años y pensó que ya era hora de casarse. Se casaron el 18 de julio de 1877. Sin embargo, pocos días después de la boda Chaikovski se arrepintió muchísimo de aquella decisión y se culpaba del desastre de su matrimonio. Su desesperación era tan grande que estuvo al borde del suicidio: intentó ahogarse en las frías aguas del río Moscova. Cuando se recuperó de los efectos de esta decisión, Chaikovski abandonó Moscú y se fue a San Petersburgo sumido en una grave crisis psicológica.

La presión mental y emocional que sufría el compositor debido al fracaso de su matrimonio no deterioraron su creatividad sino que más bien la aumentaron. A pesar de algunas interrupciones Chaikovski alcanzó a terminar algunas de sus mejores obras, la Cuarta sinfonía y la ópera Eugenio Oneguin.

Entre las personas que se sentían atraídas por la música del compositor estaba Nadezhda von Meck, viuda de un rico empresario de ferrocarriles ruso. Von Meck le encargó algunas piezas musicales pequeñas. Chaikovski por su parte la pidió que le subsidiara el coste del matrimonio y los gastos básicos. Luego Von Meck ofreció al compositor 6000 rublos anuales para evitar cualquier vergüenza de pedir financiamiento en el futuro. Eso permitió a Chaikovski retirarse del conservatorio en octubre de 1878 y concentrarse en la composición.

Von Meck y Chaikovski intercambiaron más de 1200 cartas entre 1877 y 1890. Los detalles de aquella correspondencia eran extraordinarios para dos personas que nunca se conocieron en persona y estaban lejos de ser amantes. Chaikovski confiaba a su mecenas algunas de sus actitudes hacia la vida y detalles del proceso de creación que nunca compartía con los demás. 

15 años triunfales

Los últimos 15 años de la vida de Chaikovski estuvieron marcados por el enorme auge de su creación y su fama mundial. Chaikovski fue el primer compositor ruso mundialmente reconocido en vida. Durante este período compuso suites para orquesta y óperas inspiradas en temas históricos (La doncella de Orleans, Mazeppa). En 1890 creó su genial ópera La dama de picas. En su último año de vida Chaikovski compuso su Sexta sinfonía.

El músico se dedicó también a la dirección de orquesta, algo que terminó haciendo de forma regular. A finales de 1887 y a principios de 1888 realizó su primera gira por Europa como director.

En 1891 Chaikovski visitó Estados Unidos dentro de una triunfante gira como director de orquesta interpretando sus obras. El 5 de mayo dirigió la orquesta de la Sociedad Musical de Nueva York, que interpretó la Marcha eslava en la inauguración oficial de la sala de conciertos Carnegie Hall de Nueva York. Luego siguieron sus interpretaciones de la Tercera suite, el Primer concierto para piano y la Serenata para cuerda.

En 1893 la Universidad de Cambridge confirió a Chaikovski el título de doctor honorario de música. Entre otros compositores honrados estaban Camille Saint-Saens, Max Bruch, Arrigo Boito y Edvard Grieg.

En 1885 el zar Alejandro III otorgó al compositor la Orden de San Vladímiro (de cuarta clase), algo que concedía al músico el derecho a la nobleza hereditaria. Aquel mismo año Chaikovski se estableció de nuevo en Rusia; primero en Maidánovo, cerca de Klin; luego en Frolóvskoye, también cerca de Klin; y finalmente en 1891 en Klin.

La vida del músico se truncó bruscamente. A los pocos días de llegar a San Petersburgo para estrenar su Sexta sinfonía (“la Patética”), enfermó de cólera y murió el 6 de noviembre de 1893. Chaikovski fue enterrado en San Petersburgo, en el cementerio Tíjvinskoye del monasterio de Alexandr Nevski.

En 1894, por iniciativa de su hermano Modest, su casa en Klin fue convertida en museo. Esta casa guarda no solamente la memoria del gran compositor, sino también su archivo, sus bienes personales y su piano de cola, que sigue sonando a través las manos de eminentes músicos llenando la casa de sonidos de su música inmortal.

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