Monarcas y gobernantes
Alejandro II fue el emperador de Rusia entre 1856 y 1881. Fue llamado “el Emancipador” por haber abolido en 1861 el régimen de servidumbre, en vigor desde el siglo XVI. Sin embargo, sus numerosas reformas le costaron caro: el zar murió víctima de un atentado terrorista.
Nicolás I subió al trono del Imperio ruso en diciembre de 1825 en medio de una rebelión de las tropas de élite. El temor a la revolución fue su pesadilla. El monarca recibió el sobrenombre de "el gendarme de Europa" por aplastar varios intentos de rebelión en Europa.
Alejandro I gobernó entre 1801 y 1825 un periodo que comenzó con grandes promesas de cambio. Durante su reinado el país fue invadido por las tropas de Napoleón pero salió victorioso de la Guerra Patria de 1812. La muerte del emperador está rodeada de aura de misterio.
La figura más contradictoria entre los emperadores rusos fue la de Pablo I (1754-1801). Entró en la historia como un personaje trágico y cómico al mismo tiempo: cómico por su aspecto, conducta y actividad; y trágico por su suerte y su cruel asesinato en 1801.
Catalina II fue emperatriz de Rusia durante 34 años, desde 1762 hasta su muerte. Es la única gobernante que en la memoria de los rusos —al igual que el zar Pedro I— ha merecido el epíteto de "Grande". Aumentó el territorio del país y mejoró el sistema administrativo.
Pedro III fue emperador de Rusia entre 1761-1762. Promulgó casi 200 decretos con el fin de modernizar la política interior y exterior pero no encontró suficiente apoyo. Tras 186 días en el poder fue derrocado por un golpe de Estado protagonizado por su esposa Catalina.
Isabel reinó entre los años 1741 y 1761 tras un golpe palaciego y durante todo su gobierno la persiguió el fantasma de su propia destitución violenta. En política regresó a los fundamentos de su padre, Pedro I. Fueron famosas sus espectaculares fiestas de disfraces.
Iván VI resultó ser el emperador más joven de Rusia. Subió al trono con solo… dos meses de edad y su reinado fue uno de los más cortos: duró 13 meses o, siendo más exactos, 404 días. Vivió encarcelado toda su vida en diferentes fortalezas y murió durante su liberación.
Ana I, sobrina del emperador Pedro I, fue la primera monarca rusa que aceptó un prototipo de monarquía no absolutista, aunque fuese tan solo dos semanas. Criada lejos de la corte y casada con un extranjero, gobernó entre los años 1730 y 1740 y no dejó descendencia.
El zar ruso Pedro II gobernó entre 1727 y 1730. Sin embargo, el poder estuvo en manos del Consejo Supremo Privado mientras el joven zar disfrutaba de la cacería y de alegres cenas en compañía de sus amigos. Con su muerte acabó el linaje masculino de la dinastía Románov.
Catalina I, de procedencia campesina, gobernó Rusia desde el año 1725 hasta 1727. Se convirtió en la primera emperatriz de la historia rusa e inauguró la época de mujeres monarcas que gobernaron el país con pequeños intervalos de tiempo hasta finales del siglo XVIII.
Pedro I, el Grande, es la figura más sobresaliente de toda la dinastía de los zares rusos Románov. Reinó desde 1682 hasta su muerte en 1725. Bajo su gobierno la atrasada Rusia se convirtió en una de las principales potencias europeas en lo económico, político y militar.