La conquista del espacio en el cine ruso

La conquista del espacio en el cine ruso www.belka-i-strelka.ru

La temática espacial es bastante popular en el cine ruso desde hace ya mucho tiempo. Aun muchos años antes del primer vuelo espacial de Yuri Gagarin, en 1961, los cineastas soviéticos fantaseaban sobre los nuevos descubrimientos que esperaban a la humanidad en las lejanas y desconocidas áreas fuera de la atmósfera terrestre. A continuación figuran las cintas de ficción más destacadas de la historia del cine ruso, que a menudo reflejan la actitud y la reacción del pueblo ante la conquista del espacio. 

La historia de los vuelos espaciales llevada a la pantalla

Aunque el histórico viaje espacial de Gagarin fue uno de los principales logros de la era soviética, en la URSS casi no se produjeron filmes dedicados a la elaboración del primer programa espacial del mundo ni a las principales personalidades envueltas en el proceso, ya que estos temas estuvieron bajo estricto secreto durante varios años.

La Guerra Fría y la "carrera espacial" entre las dos superponencias mundiales casi hizo imposible mostrar en las pantallas las verdaderas dificultades y obstáculos que tuvieron que atravesar los impulsores del programa espacial y los primeros cosmonautas soviéticos en su camino hacia las estrellas. Sólo en la última década este tema comenzó a aparecer en las pantallas rusas tratando aspectos más profundos.

El primer y único filme de ficción soviético que trata de la preparación de los primeros vuelos al espacio fue El amansamiento del fuego (1972), que se centra en la biografía del famoso ingeniero y diseñador de cohetes ruso Serguéi Koroliov, uno de los creadores de los primeros aparatos cósmicos. Muchos personajes de este filme tuvieron como referencia a destacados ingenieros y diseñadores aeroespaciales soviéticos cuyos nombres en aquellos tiempos se encontraban bajo secreto.

La acción del filme El cosmos como un presentimiento (2005), de Alexéi Uchítel, está ambientada en una pequeña ciudad norteña soviética, a finales de los años 50 del siglo pasado, cuando el primer Spútnik fue lanzado por la URSS y quedaban pocos meses antes del primer viaje espacial de un ser humano. La película muestra cómo por el país ya corrían rumores sobre la preparación del vuelo al espacio, e incluso en las pequeñas y lejanas urbes soviéticas las personas tenían el presentimiento de que pronto se producirían importantes cambios.

Otra cinta que reproduce el sentimiento de los ciudadanos soviéticos en vísperas del vuelo de Gagarin es Un soldado de papel (2005), de Alexéi Guerman, laureado con varios premios en el Festival de Venecia. Se trata de la poética historia de un médico que trabaja en la zona de preparación de los primeros cosmonautas y recrea la atmósfera de tensión e incertidumbre antes del primer vuelo espacial y los riesgos de los hombres que se preparaban para un viaje cósmico sin garantías de volver a la Tierra.

La preparación de los vuelos espaciales fue también el argumento del filme de dibujos animados Belka y Strelka. Los perros estelares (2010), que narra la historia de los canes lanzados al espacio en agosto de 1960, los primeros seres vivos en volver sanos después de su viaje a las estrellas. En la película estos "perros cosmonautas" aparecen como dos atrevidas aventureras. Belka espera que la fama de ser cosmonauta le ayude a volver a la pista del circo donde le esperan sus amigos. Strelka, que perdió a sus dueños en su niñez, sueña con encontrar a su padre que “vive en las estrellas”.

Las fantasías cinematográficas sobre el tema espacial

Pero la mayoría de los cineastas prefieren fantasear sobre la conquista del espacio más bien que representar los hechos reales. Los primeros filmes rusos dedicados a este tema fueron rodados muchos años antes del vuelo de Gagarin. Los cineastas recreaban sus mundos imaginarios ambientados en lejanos planetas, aun en los años 20 del siglo pasado, en la primera etapa de la era soviética.

El primer filme soviético dedicado al tema espacial fue Aelita (1924), una película muda dirigida por uno de los pioneros del cine ruso, Yákov Protazánov, y basada en la novela homónima de Alexéi Tolstói. La historia trata de un joven que viaja a Marte en un cohete para dirigir un levantamiento popular contra el rey malvado con el apoyo de la reina Aelita, que se enamora de él. El filme contenía un claro mensaje ideológico en forma de alabanza de los logros y el gran significado de la revolución bolchevique de 1917 y los valores del comunismo en el ejemplo de una revuelta en Marte.

Los autores del filme fantástico El vuelo espacial (1935) trataron de presentar un viaje a la Luna 26 años antes del vuelo de Gagarin. La acción de la cinta se desarrolla en el año 1946. Un grupo de científicos soviéticos trabaja en la creación de una nave especial llamada Iósif Stalin. Luego un grupo de astronautas llega a la Luna y regresa a la tierra con éxito. En la preparación del guion de este filme participó el genial físico ruso Konstantín Tsiolkovski, conocido como el fundador de la cosmonáutica rusa. Por eso muchos detalles técnicos presentados en la cinta parecen bastante verosímiles, aunque la tecnología de aquellos tiempos estaba muy lejos de la creación de una verdadera nave espacial.

En los años 60 la cantidad de películas de ciencia ficción rusas sobre vuelos espaciales creció considerablemente, lo que se explica no solo con los avances en la tecnología espacial soviética, sino también con los logros técnicos del propio arte del cine. La cinta El planeta de las tormentas (1961) se centró en un grupo de cosmonautas soviéticos que vuelan a Venus. La película tuvo gran éxito en muchos países por sus efectos especiales, muy avanzados para la época. El filme Nebulosa de Andrómeda (1967) también narra un viaje espacial, pero esta vez realizado hacia un planeta imaginario en un futuro lejano.

El tema del cosmos ha dado también a algunos cineastas una oportunidad para reflexionar sobre el destino de la humanidad. En el filme Solaris (1972) de Andréi Tarkovski, se trata de un grupo de astronautas de una estación espacial que se convierten en víctimas del enigmático océano del imaginario planeta Solaris, que materializa sus recuerdos. Mediante esta trama, el autor de la cinta medita sobre la conexión del progreso técnico con los valores morales, la debilidad y pequeñez del ser humano ante los enigmas del Universo y muchas otras complicadas cuestiones filosóficas.

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