Viacheslav Fetísov
Fetísov es un legendario jugador de hockey sobre hielo que cambió el rumbo de la escuela rusa de este deporte y llevó su fama por todo el mundo. Lo recibían en pie estadios repletos y no solo en Rusia, sino también en Canadá, país cuya selección fue el clásico rival de la “máquina roja” soviética durante varias décadas. Fetísov se convirtió en estrella no solo del hockey ruso, sino también de la NHL, llegando a ocupar un lugar en el Salón de la Fama.
Iniciación en el hockey
Viacheslav Alexándrovich Fetísov, el mejor defensa del mundo de hockey sobre hielo, nació en Moscú el 20 de abril de 1958. Su padre, Alexandr Maxímovich, trabajaba en una fábrica de aviación y en sus ratos libres defendía los colores del equipo de fútbol de su empresa. Su madre, Natalia Nikoláyevna, trabajó durante varios años en la imprenta Pravda (“verdad” en ruso), una de las editoriales más reconocidas de la capital rusa.
Hasta los seis años Slava (forma familiar del nombre “Viacheslav”) vivió con sus padres en una casa con otras 20 familias. Crecer en esas condiciones fue muy duro: “Recuerdo que en invierno el agua se congelaba en los baldes porque el calefactor no daba abasto para toda la casa”.
La primera pista de hielo en la que el pequeño Slava aprendió a patinar fue el agua congelada de una toma de agua, que cubría de hielo casi toda la calle. Cuando rondaba los cuatro años de edad, su padre, una persona activa, llevaba a su hijo a los estanques más cercanos para enseñarle a patinar en patines de dos planchas que se amarraban a los válenki con cuerdas. Luego aparecieron los patines tipo “Gagui”, que hicieron de Slava el niño más feliz del mundo. “En esos tiempos no todas las familias podían comprarse unos patines pero yo tenía hasta una bicicleta. Todos en la casa trabajaban y les alcanzaba para darme caprichos”.
En 1964 la familia Fetísov se mudó a un departamento de tres habitaciones. Precisamente cerca de su casa los vecinos habían construido una cancha de hielo que hasta tenía iluminación. Este fue el escenario donde el futuro campeón se familiarizó con la magia del hockey. Antes de que este deporte le atrajera por completo, Slava también jugó al fútbol, de delantero centro. “En el hockey desde el principio jugué en la defensa, y el fútbol calmaba mis ambiciones de marcar goles. Todos los chiquillos quieren jugar en la delantera”.
Pero el deporte requiere sacrificios. Slava tenía permiso para salir a la pista solo después de haber finalizado su tarea escolar: “La educación en la familia era lo más importante. Mi padre decía: toda la vida he trabajado y si tú obtienes un título, serás alguien en la vida. Para ellos un hijo ingeniero estaba muy por encima de un hijo deportista”. Fetísov estudió hasta terminar el colegio, al que llegaba luego de sus entrenamientos matutinos. Luego ingresó en el Instituto Militar de Educación Física de Leningrado. Sin embargo, el hockey hizo que el sueño de sus padres se desvaneciera.
El juego de defensa de Fetísov y su carrera en el CSKA
Solo al tercer intento Fetísov fue admitido en una escuela grande de hockey: ni en el CSKA, ni el Dinamo se fijaron en él. Lo salvó el hockey callejero y el famoso Disco dorado (o puck, en inglés), un reconocido torneo juvenil que se celebraba en la URSS. La final de esta competición se jugó en el mismo complejo donde entrenaba la selección juvenil del CSKA, dirigidos por su técnico Yuri Alexándrovich Chebarin, quien se quedó por un tiempo más para ver el juego de los pequeños deportistas callejeros. Unos días después el entrenador de barrio de Slava, Borís Nikoláyevich Bervínov lo llevó al CSKA. “Después del segundo entrenamiento Yuri Aleksándrovich me dio un uniforme juvenil de verdad, unas espinilleras pequeñas, unos guantes, pequeños y, lo más importante, una camiseta del CSKA. Antes solo usaba unas camisetas amarillas grandes que me llegaban hasta las rodillas. Me dieron el número 3 y con la ayuda de mi madre lo cosí a la camiseta. Ese misma noche dormí con ella puesta” cuenta Fetísov. Luego el mundo entero lo conocería con su tradicional número 2, que hasta el día de hoy conserva en su firma.
Sin embargo, Fetísov no tenía el juego de un típico defensa y por ello no quisieron llevarlo al primer viaje de la selección soviética a Canadá en 1974. “Nuestro entrenador, Nikolái Golomázov, tenía la idea de que tenía que llevar solo a aquellos defensas que jugaran junto al arco y que no se unían al ataque. Me llamó anarquista y aventurero porque cuando sentía que podía hacer un pase ofensivo arrancaba hacia adelante. Anotaba mucho como también fallaba varias veces”. Fue así como nació su tradicional estilo de juego en el hockey: un juego activo en la defensa, con constantes apariciones en la ofensiva y potentes tiros. Al cabo de unos años esta forma de juego terminó cambiando la filosofía del hockey tanto en Rusia como en el resto del mundo.
Desde el año 1975, a partir de los 17 años, ya jugaba en la selección principal del equipo "militar" (nombre que suele recibir el CSKA por estar considerado el equipo del Ejército sovético) y dos años después, en Viena, debutó en un campeonato mundial. En el Campeonato Mundial de 1978, en Praga, Fetísov fue nombrado el mejor defensa del torneo. Nunca cambió su estilo “anárquico” de juego, que encajaba perfectamente en la inagotable psicología ganadora que caracterizaba al hockey soviético: “La gran máquina roja” era respetada y temida en todo el mundo.
En 1981 en CSKA jugó el mejor quinteto de la historia del hockey moderno: Viacheslav Fetísov y Alexéi Kasatónov en la defensa, Serguéi Makárov, Ígor Lariónov y Vladímir Krútov en el ataque. El 13 de septiembre de 1981, en el Montreal Forum, donde por primera vez la selección soviética venció a las estrellas de la NHL, los mejores jugadores del hockey canadiense fueron aplastados por un inspirado juego de los soviéticos. La Copa Canadá fue finalmente conquistada por la URSS con un rotundo marcador de 8–1, un resultado por el que jamás habían perdido los maestros del hockey canadiense.
Siendo aún un jugador joven, según los criterios del hockey, Viacheslav fue designado capitán de CSKA y la selección de la URSS. En 1987 después de que los locales ganaran la Copa Canadá, el entrenador canadiense Mike Keenan reconoció: “Sin hay un jugador que haya mostrado talento, ese ha sido Viacheslav Fetísov. El capitán y líder de la selección soviética estuvo en el hielo durante 30 minutos y no me digan que tuvieron seis defensores. Siempre estuvo en los momentos más difíciles. Su hockey es de alto nivel”. El mejor jugador del hockey canadiense, Wayne Gretzky, decía: “Nunca había visto a un jugador tan tenaz y activo, tan inteligente y amenazador como Fetísov”.
Obstáculos en su carrera internacional
A principios de 1989 el capitán del CSKA y de la selección soviética se negó a jugar bajo la dirección del reconocido técnico Víktor Tíjonov tras entablar, como posteriormente escribiría en su libro, una “guerra por la independencia”. En esa época los mandatarios ya habían aceptado el derecho de algunos deportistas destacados y que habían contribuido al crecimiento del deporte nacional, a continuar su carrera en clubes profesionales del extranjero. Sin embargo, en el caso de los jugadores de hockey, Tíjonov y altos dirigentes militares encabezados por el mariscal soviético Dmitri Yázov, decidieron poner trabas a lo inevitable. Después de que la migración prometida se truncara, Fetísov decidió pelear contra el sistema y ganó. El duelo entre el mejor defensa del mundo y el gobierno fue seguido por todo el país.
Ese mismo año, después de superar numerosos obstáculos, Viacheslav Alexándrovich, a la edad de 31 años, llevó a un grupo de ocho jugadores soviéticos a la NHL. Los funcionarios soviéticos de hockey permitieron que los rusos participaran en la liga norteamericana siempre y cuando continuaran compitiendo internacionalmente por la selección de la Unión Soviética. De esta manera Fetísov se convirtió en uno de los primeros deportistas nacionales que oficialmente firmara un contrato con un equipo de la NHL. Luego de dos meses sin actividad, Slava rápidamente recuperó su forma, se convirtió en el mejor defensa del Campeonato Mundial de 1989 en Suecia y ayudó a la “gran máquina roja” a conseguir uno de sus últimos títulos.
Fetísov en la NHL
En Norteamérica Fetísov tuvo que empezar una nueva vida. En su nuevo club, los New Jersey Devils, tuvo que aprender no solo el idioma inglés, sino también un nuevo estilo de juego. El capitán de la URSS tuvo que acostumbrarse a que cada partido había que ganarlo a toda costa, adaptarse a sus nuevos compañeros y demostrar que no era el “segundo Bobby Orr”, como fue presentado por la prensa canadiense y estadounidense. Fetísov, que ya tenía una edad en la que, según los estándares soviéticos, era el momento de retirarse, no solo encajó en un equipo diferente sino que también sacó fuerzas para pelear por grandes triunfos. A partir de 1995 jugó en los Detroit Red Wings, dirigido por el legendario entrenador Scotty Bowman, que durante toda su carrera consiguió nueve Copas Stanley. El final de la carrera de Viacheslav Alexándrovich también fue brillante, igual que en sus épocas con la camiseta del CSKA: dos años consecutivos, en 1997 y 1998, conquistó con Detroit el trofeo más importante de la NHL. Las estadísticas de Fetísov durante su periodo en la liga norteamericana fueron: 546 partidos disputados y 36 goles en campeonatos regulares, y 116 encuentros y dos anotaciones en Copas Stanley.
Luego de su retiro de las pistas de hielo, Fetísov decidió iniciar su carrera como entrenador. Ayudó como segundo entrenador de su antiguo rival Larry Robinson y consiguió su tercera Copa Stanley con los New Jersey Devils. En 2002 dirigió la selección olímpica de Rusia en los Juegos de Salt Lake City y pese a la derrota frente a Estados Unidos en las semifinales, parecía que los triunfos de Fetísov con el equipo nacional estaban a la vuelta de la esquina.
Trabajo en el mundo del deporte más allá de la pista de hielo
En abril de ese mismo año aceptó la propuesta del presidente ruso Vladímir Putin de dirigir el Rossport (Comité Gubernamental de Educación Física, Deporte y Turismo) y gracias a su dedicada labor como funcionario, el deporte de masas en Rusia volvió a ser un punto clave de la política estatal. En septiembre de 2003 Fetísov se convirtió en miembro del Consejo Supremo del partido Rusia Unida, donde consiguió la aprobación de su programa de desarrollo del deporte nacional de 2006 a 2015 y para el cual se destinaron 107 000 millones de rublos (poco menos de 3500 millones de dólares). Según Fetísvov, este proyecto es único y supone la construcción de centros deportivos para escuelas, piscinas y diferentes instalaciones.
En una entrevista de julio de 2008 Fetísov resumió su labor en la dirección del deporte nacional “Los seis años de mi trabajo como funcionario tuvieron sus frutos. Durante ese tiempo hubiera podido quizás especializarme en otra cosa, por ejemplo, ser un importante entrenador en la KHL. Sin embargo, esos años estuvieron dedicados al servicio de mi país, algo por lo que estoy muy agradecido al presidente. En Rossport pudimos crear un verdadero equipo profesional. Las personas que ahora están relacionadas con ese sector, pudieron salvar el deporte del país en condiciones adversas y esto, a su vez, permitió hablar del deporte como de una parte importante de la política social del Gobierno […] Entre nuestros logros están el aumento de la financiación del deporte, el desarrollo de la metodología y concepciones científicas, la preparación de numerosas normativas, que sistematizan todo lo que ha ocurrido en el sector, el desarrollo del programa federal, la creación de eventos deportivos de gran cantidad de participantes y muchas, muchas cosas más”.
En diciembre de 2009 Fetísov, a los 51 años de edad, volvió a las pistas de hielo con la camiseta del CSKA. Tras el encuentro frente al SKA de San Petersburgo, que finalmente fue triunfo para los del río Neva, se convirtió en el jugador más longevo en participar en un partido de hockey profesional ruso. “Me siento muy entusiasmado, no he jugado con mi equipo desde hace veinte años y no he jugado hockey profesional durante los últimos once. Son chicos muy jóvenes, en el vestuario me gusta el ambiente que existe y estoy listo para jugar”, afirmó un día antes del partido.
Palmarés
Fetísov es hasta ahora el jugador de hockey que más títulos posee. Son 72 en total, desde trofeos juveniles hasta Copas Stanley, y estos son los más importantes: doce veces campeón de la URSS (1977–1989), tres veces campeón de la Copa URSS (1977, 1979, 1988), Campeón Mundial en siete ocasiones (1978, 1981–1983, 1986, 1989, 1990), dos veces “Mejor jugador del país” (1982, 1986), diez veces campeón de Europa (1978, 1981–1983, 1985–1989, 1991), “Mejor jugador de Europa” (1984, 1988), dos veces campeón olímpico (1984, 1988), reconocido con el premio de “Defensor más efectivo” en tres oportunidades (1984, 1986, 1988), y “Mejor defensa” en campeonatos mundiales (1978, 1982, 1985, 1986, 1989).
La vida del famoso deportista, entrenador y responsable deportivo continúa. No es propio de él descansar después de conseguir un logro. Una de las personas más reconocidas de la Rusia moderna todavía dará que hablar.