Dziga Vértov
Dziga Vértov es uno de los pioneros del cine ruso y uno de los fundadores del cine documental soviético. Su estética cinematográfica vanguardista influyó considerablemente en el desarrollo del séptimo arte en todo el mundo. Su cinta El hombre con la cámara es considerada uno de los más importantes filmes documentales de la historia.
Inicio de la carrera cinematográfica, la teoría del Cine-Ojo
Denis Kaufman (el verdadero nombre de Dziga Vértov) nació en 1896 en una familia judía, en la pequeña ciudad de Bialystok (actual Polonia). En 1915 su familia se trasladó a Moscú, donde Kaufman inició su camino en el joven arte del cine bajo el seudónimo de Dziga Vértov. Después de la revolución bolchevique de 1917 el joven fue contratado por el Comité de Cine de Moscú para trabajar en Kinó-Nedelia, un semanario cinematográfico de noticias de actualidad soviética, donde conoció a Lev Kuleshov, uno de los pioneros del cine ruso, y al futuro camarógrafo de Eizenshtéin (Eisenstein), Eduard Tissé.
A principios de los años 1920 Vértov junto con varios jóvenes cineastas fundó un grupo llamado Kinoki (“Cine-Ojo”), que elaboró una nueva concepción del cine documental. Vértov y sus partidarios rechazaron los tradicionales elementos del cine como guion y la participación de actores profesionales e intentaron “captar la verdad” con la cámara. El director prestó gran atención al arte de montaje, experimentando con diversas tecnologías de edición cinematográfica. Su gusto por la experimentación a menudo llevó a demasiada complejidad del estilo narrativo, algo que dificultaba la comprensión de sus obras entre el público aficionado.
En 1922 Vértov creó la serie de noticieros cinematográficos Kinó-Pravda (“Cine-Verdad”). Muchos episodios de estos noticieros se rodaron con cámara oculta en todo tipo de lugares públicos. Cada edición de Kinó-Pravda tenía su propio estilo artístico en función del tema que cubriera. La serie supuso el nacimiento de una nueva especie de arte visual donde los rodajes documentales se presentaban en una forma artística. Uno de los mejores noticieros de esta serie fue Léninskaya Kinó-Pravda (1924), que mostró la reacción del pueblo soviético ante la muerte del líder de los bolcheviques, Vladímir Lenin.
En otros destacados documentales de Vétrov de los años veinte —La batalla de Tsartitsyn (1920), El tren Lenin (1921) e Historia de la Guerra Civil (1922)— el cineasta explotó diferentes posibilidades de montaje y buscó efectos poéticos para captar la atención de espectadores.
El hombre con la cámara y otros clásicos documentales
En 1929 Vértov produjo su cinta más famosa, El hombre con la cámara. El filme muestra un día de la vida de una ciudad soviética desde el amanecer hasta la noche: tráfico, el trabajo de las fábricas, actos culturales, etc. En esta cinta experimental Vértov trató de utilizar varios métodos de montaje y rodaje innovadores para aquella época, incluida la grabación acelerada o la superposición de imágenes.
En El hombre con la cámara Vértov logró mostrar el “pulso de la ciudad” y “sumergir” a los espectadores en el tenso ambiente urbano sin utilizar guion previo ni subtítulos y sin la participación de actores ni de decorados. El protagonista del filme es el camarógrafo, el hombre con la cámara que se encuentra en el centro de la vida y capta los ritmos de la ciudad y de sus habitantes con su aparato.
Este filme es muy apreciado en todo el mundo como el clásico ejemplo del cine documental. En octubre de 2010 la revista Entertainment Weekly publicó una lista de los doce documentales más influyentes del cine mundial, en la que entró también esta pieza de Vértov. Sin embargo, el filme, que se adelantó a su tiempo, no fue apreciado por muchos contemporáneos tras su estreno en 1929 y fue duramente criticado por su formalismo y soberbia.
Continuando sus experimentos cinematográficos, Vértov grabó el primer documental sonoro del cine soviético, Entusiasmo. La sinfonía de Donbáss (1930). El filme muestra el trabajo de los mineros de la cuenca del Donets, en Ucrania. El cineasta intentó recoger los sonidos vivos de la cuenca y por primera vez en el cine ruso sincronizar la grabación del sonido con la imagen durante el proceso del rodaje. Todo este trabajo tuvo como objetivo relatar una “sinfonía” de labor humano. El filme fue muy apreciado por muchos cineastas y espectadores por sus atrevidos experimentos audiovisuales. “Considero Entusiasmo una de las sinfonías más emocionantes que he oído. El señor Dziga Vértov es un verdadero músico”, expresó Charlie Chaplin.
El filme Tres canciones sobre Lenin (1934) es un poético elogio al líder de los bolcheviques. La cinta muestra los logros de Lenin, el dolor del pueblo soviético por su muerte en 1924 y contiene entrevistas con obreros soviéticos e imágenes de grandes construcciones socialistas de los años veinte. A pesar del fuerte peso propagandístico, la película destaca por gran maestría cinematográfica y resultó un gran avance del cine documental soviético.
El fin de la carrera y la influencia en el cine posterior
Desde el fin de los años treinta Vértov dejó de ser el favorito de las autoridades soviéticas. Durante la Segunda Guerra Mundial vivió en Kazajistán, donde se dedicó a la edición de cintas documentales sobre la Gran Guerra Patria. En 1942 produjo el filme Para ti, el frente sobre el duro trabajo de los ciudadanos soviéticos en la retaguardia durante la guerra. En 1944 realizó su último filme, El juramento de los jóvenes, dedicado a la heroica lucha del pueblo soviético contra el fascismo. En los últimos años de su vida el gran documentalista se centró en la redacción de artículos sobre cinematografía y aunque intentó seguir grabando, las autoridades soviéticas no le dejaron realizar la mayoría de sus ideas. Falleció en Moscú en 1954.
Uno de los logros principales de la carrera de Vértov fue su teoría sobre el montaje del cine documental. Vértov afirmaba que el montaje es un elemento clave en el arte del cine. El cineasta subrayaba la diferencia entre el montaje de filmes documentales y de ficción, y mantenía que el montaje de un filme documental comienza antes de que el cineasta tome en sus manos el material rodado: este proceso se desarrolla durante toda la producción de la cinta, desde la elección del tema.
El cineasta produjo una verdadera revolución en el género del cine documental y su obra fue muy apreciada tanto dentro como fuera de Rusia. En los años 60 los creadores del movimiento francés de la Nouvelle Vague, François Truffaut y Jean-Luc Godard, afirmaron que Vértov era su maestro y utilizaron muchos de sus experimentos para elaborar su singular y agudo estilo de narración cinematográfica. El conocido documentalista francés Frederic Rossif declaraba que todo el cine occidental está en deuda con Vértov: “Antes de Vértov los documentalistas filmaban imágenes pero después de Vértov aprendieron a filmar ideas”.