María Sharápova
Ganadora de tres torneos Grand Slam y una de las tenistas más acaudaladas y populares en el mundo, María Sharápova nació el 19 de abril de 1987 en la ciudad siberiana de Niagan, situada en la parte noroeste del distrito autónomo de Janti-Mansi.
Comienzos difíciles
El primer entrenador de Masha (forma rusa familar de “María”) fue Yuri Yudkin, que se fijó en ella cuando era muy pequeña por una raqueta de adulto que llevaba en las manos durante un entrenamiento de su padre, un gran amante del tenis. Lo interesante es que Yuri Sharápov era amigo del padre de Yevgueni Káfelikov, y fue precisamente Yevgueni quien le regaló a la futura tenista su primera raqueta. “Lo primero que me sorprendió de ella fue que a sus cuatro años y medio era una niña muy lista. Masha asimilaba todo lo que se le decía y se le mostraba. Entendía todo muy rápidamente. Aprendía a realizar tiros que algunos hasta ahora no han podido entender. A los siete años ya sabía hacer un lanzamiento con efecto y era una pequeña maestra. En la vida diaria es una persona buena, una chica sonriente, pero cuando le das una raqueta, se convierte en un animal. Es muy centrada, no le tiene miedo a nadie y siempre quiere ganar cueste lo que cueste. Durante todo el tiempo que he trabajado con ella, nunca me ha dicho: ‘estoy cansada’”, recuerda Yudkin.
Durante un encuentro de exhibición en Moscú en 1993, la legendaria tenista checo-estadounidense Martina Navratilova se fijó en María y le dijo a su padre: “Tiene talento”. Después de las palabras de Navratilova, Yuri Sharápov, ingeniero de profesión, con 700 dólares en el bolsillo y sin conocimientos del idioma inglés, decidió viajar con su hija a la reconocida academia de tenis de Nick Bollettierri, donde ya estudiaba Anna Kúrnikova. Los primeros meses no fueron muy buenos: los ingresos del padre apenas alcanzaban para vivir, vivían en una residencia comunal y a la madre no le concedían la visa durante mucho tiempo. Quizás fue allí donde Masha adquirió ese carácter que hasta ahora es visible para enfrentar partidos difíciles y lograr triunfos.
En diciembre de 1995 María consiguió una beca de un curso completo en la academia y lo combinó con la participación en torneos norteamericanos de tenis. En 2000 logró su primer gran triunfo cuando conquistó el torneo juvenil Sub-16 de Eddie Herr, donde obtuvo el premio Rising Star Award, que se otorga a jóvenes promesas del tenis. Este evento se convirtió con el tiempo en el trampolín al tenis profesional de grandes estrellas como Steffi Graf, Marcelo Ríos, Anna Kúrnikova y Andy Roddick.
Carrera profesional adulta
Su primera cita profesional fuera del circuito juvenil fue el torneo de Sarasota (Florida, Estados Unidos) en 2001, donde fue eliminada en la primera ronda. Los primeros títulos de Sharápova llegaron en 2003, cuando triunfó en el abierto de Japón, en Tokio, y en el torneo de Quebec y avanzó hasta la cuarta ronda de Wimbledon, desde donde saltó a la fama y comenzaron a lloverle propuestas de patrocinadores y contratos publicitarios. Pero además de por su talento en la cancha, lo que le llevó a la fama fueron sus característicos gritos en la pista, por los que en más de una oportunidad ha recibido llamadas de atención de los jueces. Su mejor temporada fue la del año 2004, en la que se situó entre las cinco mejores tenistas del mundo y alcanzó los cuartos de final del torneo Roland Garros. A los 17 años conquistó su primer “grande”, Wimbledon, convirtiéndose en la primera tenista que logra ser campeona siendo la clasificada número 13 del torneo y estando en el puesto 15 de la clasificación mundial, la clasificación más baja de una ganadora del torneo y la ganadora más joven del torneo inglés. Ese mismo año ganó otros cuatro torneos de la Asociación Femenina de Tenis (WTA por sus siglas en inglés), en Birmingham, Seúl, Tokio y Los Ángeles.
El 22 de agosto de 2005, Sharápova se convirtió en la primera tenista rusa en alcanzar la cima del ranking mundial de la WTA. En 2006 se consagró campeona del abierto de Estados Unidos, dejando en las semifinales a la número uno del mundo del momento, la francesa Amelie Mauresmo, y luego a la número dos, la belga Justine Henin, en la final. En 2007, Sharápova intentó por primera vez ganar el abierto de Australia. Se convirtió en la primera rusa en llegar a la final de esta competición; sin embargo, en el partido decisivo cayó por 6–1 y 6–2 ante la estadounidense Serena Williams.
Finalmente en 2008 logró el título de la competición australiana y mantuvo la tendencia ganadora en los torneos “grandes” los años pares. Sharápova no cedió un solo set a sus rivales durante todo el abierto, siguiendo los pasos de las estadounidenses Serena y Venus Williams, y de la belga Justine Henin. Desde la quinta posición de la competición, en los cuartos de final se impuso a la número uno (6–4, 6–0), Henin; en las semifinales a la serbia Jelena Jankovic (6–3, 6–1); y finalmente a la también serbia Ana Ivanovic (7–5, 6–3).
Durante toda su carrera ha conquistado 22 títulos WTA en individuales y tres en dobles (uno haciendo dúo con su compatriota Vera Zvonariova y dos junto a la tailandesa Tamarine Tanasugarn). Además, ha ganado casi 14 millones de dólares en premios aunque la mayor parte de su fortuna proviene de sus ingresos publicitarios, patrocinadores y proyectos personales. Según datos publicados por la revista Forbes, solo de junio de 2009 a junio de 2010 la rusa ganó unos 25 millones de dólares y entró en el Top 100 de las celebridades con mayores ingresos anuales.
Relación con la selección rusa de tenis
A pesar de que en algunas ocasiones se la haya acusado de no ser lo suficientemente patriota (Anastasía Mýskina decía que “Sharápova es más americana que rusa, y habla en ruso con un acento horrible”), María, que desde los siete años vivió en Florida, siempre subraya su relación con Rusia. “Siempre me siento rusa, y mi nacionalidad es una sola: rusa. ¿Qué pasa con que media vida la haya vivido en Estados Unidos? Mi carrera deportiva se desarrolló muy bien allí. Pero, aún con todo, soy rusa y mis triunfos siempre van dedicados a mi patria”, aseguró en una entrevista para Rossískaya Gazeta.
A pesar de sus declaraciones, hasta 2008 la tenista rusa con más títulos de la historia no había jugado con su selección en la Fed Cup, lo cual era un requisito obligatorio para poder participar en los Juegos Olímpicos. Por eso, Sharápova, que había rechazado participar en el equipo nacional por diferentes razones, aceptó participar en la Fed Cup 2008. “Espero no lesionarme. Este torneo, al igual que las Olimpiadas, es uno de los más prioritarios para mí”, dijo. En abril de ese año hizo una importante aportación al triunfo de la selección rusa sobre la selección de Israel obteniendo dos victorias en la categoría de individuales. A partir de ahí Shamil Tarpischev no volvió a convocar a la tenista puesto que la participación en un solo partido en la Fed Cup es suficiente para poder representar a Rusia en los Juegos Olímpicos. Junto a su compatriota Svetlana Kuznetsova, sería las representante de Rusia en el evento deportivo más importante del planeta. Sin embargo, una lesión sufrida en el hombro derecho la obligó a retirarse de tan anhelada participación.
Últimos triunfos
El 3 de octubre de 2009, tras su regreso a las canchas, María vuelve a ganar un título tras vencer en la final del Torneo de Tokio (Abierto del Pacífico) a la serbia Jelena Jankovic, que tuvo que abandonar el encuentro por una lesión cuando el marcador estaba 5–2 a favor de la rusa. El 17 de mayo de 2010 ganó su hasta ahora último trofeo, en el Torneo de Estrasburgo, tras derrotar por 7–5 y 6–1 a la alemana Kristina Barrois, cerrando con ello una irregular temporada en el puesto número 18 de la clasificación mundial.
A finales de 2010 se anunció que el sueco Hogstedt Thomas, que había trabajado con el conocido tenista alemán Tommy Haas (que llegó al número dos del mundo) y con la china Li Na, sería el nuevo entrenador de Sharápova para la temporada 2011, uniéndose al estadounidense Michael Joyce, que sigue siendo entrenador de la rusa. Asimismo, Sharápova representará, junto a Anastasía Pavliuchénkova, Svetlana Kuznetsova y Dinara Sáfina, al equipo ruso en los cuartos de final de la Fed Cup, donde se medirán frente a la selección de Francia.
Fuera de la cancha
Por su “ruidosa” manera de jugar en la cancha, Sharápova recibió el sobrenombre de “la cenicienta gritona”. Ella afirma que sus gritos la ayudan a concentrarse. “Así dejo de pensar en otras cosas. En el mundo ocurren millones de cosas y yo no puedo pensar en ellas durante el juego. Pero en realidad no saben cómo me está cansando esta situación. Los periodistas me preguntan sobre mis gritos desde que empecé a jugar tenis, como si eso fuera mi mayor atractivo”, dijo en una conferencia de prensa. Por otro lado, sus rivales creen que en esos casos el árbitro está en la obligación de hacerle una llamada de atención.
En 2006 la revista Sport Illustrated reconoció a Sharápova como la deportista más bella del año. A María le gusta la moda, le gusta cantar, bailar y es aficionada al cine. Además, es el rostro de varias reconocidas marcas mundiales. María y el fabricante de raquetas y equipamiento deportivo Prince firmaron un contrato de por vida, por el que la tenista representará los productos de la firma en los anuncios publicitarios, en torneos internacionales y juveniles. Además de Prince, Sharápova representa también a Sony Ericsson, Colgate-Palmolive, Tag Heuer, Parlux, Sega y Land Rover. Asimismo, a inicios de 2010 renovó el contrato con la marca deportiva Nike, por el que la tenista recibira un total de 70 millones de dólares en los próximos ocho años.
Sharápova es conocida también por su participación en eventos benéficos. En 2004, luego del triunfo en el torneo de final de la temporada, el WTA Tour Championships, en Los Ángeles, destinó todo el valor del auto Porshe que recibió en calidad de premio, al fondo de ayuda a las víctimas de la masacre terrorista en Beslán, Osetia del Norte (Rusia). El 14 de febrero de 2007 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la ONU y bajo ese título donó 100 000 dólares a las regiones afectadas por el accidente en la central nuclear de Chernóbil. La decisión de Sharápova no fue casual: sus padres se vieron obligados a mudarse de Gómel (Bielorrusia) a Niagan debido a que la ciudad se vio seriamente afectada por la catástrofe nuclear.