Fiódor Ushakov

Fiódor Ushakov RIA Novosti / Pável Balabánov

En el año 1784 el capitán de fragata Fiódor Ushakov obtuvo su primera condecoración y, curiosamente, este galardón no le fue concedido por el mérito en una batalla naval victoriosa. La orden de San Vladimiro le fue otorgada por el emperador de Rusia por… vencer la epidemia de peste entre la tripulación de su buque de guerra. Lo hizo medio año antes de que la enfermedad mortal fuera desterrada de las demás unidades de la flota rusa del mar Negro.

En octubre de 2004 el cónclave episcopal de la Iglesia ortodoxa rusa proclamó al almirante Fiódor Ushakov “guerrero pío” y lo canonizó. El texto de la canonización enfatiza que “la fuerza de su espíritu cristiano se manifestó no solo en sus victorias gloriosas a favor de la patria, sino también en la enorme misericordia con la que sorprendía al enemigo vencido”.

En el seno de una familia religiosa

Vencedor de la peste

Vencedor de los turcos

Vencedor de los franceses

Guerrero pío

En el seno de una familia religiosa

Fiódor Ushakov nació el trece de febrero de 1745 en la aldea de Burnakovo, en la provincia rusa de Yaroslavl, en una familia noble empobrecida y muy devota. El tío de Fiódor, tocayo suyo, sirvió en la juventud en las tropas de élite pero súbitamente abandonó la carrera militar y se refugió en una ermita en los bosques del norte del país. Su devoción religiosa fue muy apreciada por la emperatriz Isabel, que convocó al monje a San Petersburgo y lo acogió en uno de los monasterios capitolinos. Después de morir el monje, por ser profeta, fue canonizado como san Teodoro de Sanaxar. Aquel hecho fue el tema de interminables comentarios y discusiones en la familia Ushakov. Los padres de Fiódor lo educaron en altos valores morales y los más elevados sentimientos religiosos.

Pero esos sentimientos religiosos no impedían que Fiódor se lanzase a aventuras juveniles. A los quince años solía ir a cazar osos junto con sus familiares. En pleno invierno los cazadores buscaban la guarida del animal, lo despertaban y atacaban únicamente con una lanza en las manos. Era una aventura peligrosa que podía terminar con la muerte o lesiones graves para los cazadores.

A la edad de dieciséis años el joven fue trasladado a la escuela naval de San Petersburgo, donde destacó por su dedicación a las ciencias, su buena disciplina y sus altos valores morales. Tras graduarse, sirvió primero en la flora del mar Báltico y después fue destinado al sur de Rusia. En aquel entonces el Gobierno planteó la misión estratégica de reconquistar las costas del mar Negro perdidas en el siglo XVII. La emperatriz Catalina II decretó el establecimiento en la cuenca del mar Negro de una flota militar permanente. La base principal fue el puerto de Jersón. Con el grado militar de capitán de fragata, Fiódor Ushakov obtuvo aquí la comandancia de un buque de guerra.

Vencedor de la peste

En 1784 en Jersón se declaró una epidemia de peste.En aquella época se creía que la enfermedad se propagaba por el aire. En la ciudad para neutralizar los aires dañinos se encendían hogueras y se llenaban con el humo los domicilios pero la epidemia se cobraba cada vez más vidas.

Fiódor Ushakov, igual que los demás comandantes, sacó su unidad de la ciudad y acampó en medio de la estepa. Se estableció una severa cuarentena: la unidad fue dividida en pequeños comandos, cada uno de los cuales tenía su propia tienda de campaña a distancia de las demás. Todo tipo de contacto estaba prohibido. A los enfermos los trasladaban en seguida a una tienda de campaña aparte, todas las propiedades, tanto del enfermo como de los marineros sanos, en seguida se quemaban. Ushakov se percató de que la peste retrocedía cuando se ventilaba al aire libre toda la ropa y cuando se observaban estrictas medidas higiénicas. El comandante, sin saberlo, encontró la causa de la peste: las picaduras de pulgas infectadas.

Como resultado de la cuarentena, entre los marineros de Ushakov la epidemia de peste se erradicó medio año antes que en el resto de unidades de Jersón. Ushakov demostró también piedad con sus subordinados: no enviaba a los enfermos a los hospitales, llenos de enfermos y moribundos, sino que los dejaba bajo cuarentena en la zona donde estaba instalada la unidad, donde podían recibir cuidados mejores y más personalizados.

Fiódor Ushakov obtuvo su primer galardón —la Orden de San Vladimiro— “por su habilidad y empeño demostrado” durante la epidemia.

Vencedor de los turcos

El once de agosto de 1787 Turquía, para mantener y aumentar sus territorios en las costas del mar Negro, declaró la guerra al Imperio ruso. La campaña transcurrió principalmente en la cuenca del mar Negro. La flota turca estaba compuesta de diecisiete navíos y ocho fragatas; la Marina de guerra rusa, comandada por Fiódor Ushakov, disponía de dos navíos y diez fragatas.

La primera batalla ocurrió en junio de 1788 cerca de la isla de las Serpientes. Ushakov realizó una maniobra que separó de la armada turca dos navíos. Los buques huyeron y pronto los siguieron los demás navíos turcos. En la campaña militar esta victoria no tuvo grandes repercusiones pero se convirtió en un ejemplo para la flota rusa de que en un combate se podía superar a un enemigo más poderoso. Ushakov personalmente estrenó la táctica del ataque de ofensiva rápida, del empleo del factor sorpresa y de maniobras impredecibles para el enemigo.

En junio de 1790 Ushakov venció la flota turca en el estrecho de Kerch. El capitán de navío escribió: “Me asombró la valentía de mi gente. Disparaban contra los buques enemigos con tanta precisión y tanta sangre fría que parecía que estuvieran participando en ejercicios”. En esta batalla Ushakov utilizó por primera vez la técnica de lanzarse sobre el adversario con todo el poder de fuego y acercarse a distancias de combate mínimas.

El veintinueve de diciembre de 1791 Rusia y Turquía firmaron el tratado de paz. El Imperio ruso garantizó la seguridad de sus fronteras en el sur. La península de Crimea pasó a formar parte del país. Este triunfo no habría sido posible sin la batalla naval que en el mes de julio del mismo año ganó Ushakov.

La flota rusa descubrió a la armada turca cerca del cabo de Kaliakra y bajo la protección de la artillería costera. Ushakov atacó por sorpresa: los buques enemigos que estaban fondeados y alineados comenzaron a subir las velas para huir. En medio del pánico varios navíos chocaron. El almirante ruso rodeó la flota enemiga y procedió a su abatimiento. En total los turcos perdieron veintiocho buques. Las perdidas rusas fueron insignificantes. Los restos de la armada de Turquía aparecieron en la bahía de Constantinopla cuando en la capital turca se celebraba una importante fiesta religiosa. Los habitantes de la ciudad vieron con horror los navíos medio destruidos con cientos de marineros heridos y muertos en las cubiertas. El buque insignia del almirante Seít-Alí después de echar anclas de inmediato comenzó a hundirse y pidió socorro a cañonazos. El sultán ordenó firmar la paz con Rusia.

Vencedor de los franceses

A finales del siglo XVIII Francia comenzó la expansión territorial en Europa. El almirante Ushakov recibió la orden de poner en posición de combate la flota del mar Negro. Lo más difícil fue definir contra quién se libraría la futura guerra: contra Francia o contra el enemigo eterno, Turquía. Los franceses instigaban a los turcos para que atacasen a Rusia para reconquistar la península de Crimea. Sin embargo, Turquía vio la expansión francesa en la región de los Balcanes y en el mar Mediterráneo como mayor amenaza e inesperadamente aceptó la propuesta rusa de crear una alianza militar. El antiguo enemigo de Rusia pidió al imperio que enviara su flota al Mediterráneo.

En 1798 los buques del almirante Fiódor Ushakov atravesaron el estrecho del Bósforo y junto con los aliados turcos se dirigieron al archipiélago de las islas Jónicas, situadas frente a las costas noroccidentales de Grecia. Las islas y, en especial Corfú, estaban fuertemente protegidas por las tropas francesas. Sin embargo, el almirante Ushakov comenzó a conquistarlas una tras otra. Los griegos, cristianos ortodoxos y habitantes de las islas, se lanzaron a la ayuda de los rusos. Ushakov escribió que en isla de Cefalonia “los habitantes enarbolaron banderas rusas y ayudaron a las tropas de desembarco a localizar a los franceses que se habían escondido en las montañas. Cuando la isla fue conquistada, el obispo, los nobles y todos los demás habitantes salieron a mi encuentro con cruces en las manos y con lágrimas de felicidad en los ojos”.

En febrero de 1799 los barcos rusos atacaron la ciudadela francesa de la isla de Corfú. Después del fuego de la artillería de los navíos comenzó el desembarco. Los franceses resistieron con firmeza y los turcos, que junto con los rusos formaban parte de las tropas de desembarco, enfurecidos, empezaron a cortar las cabezas a los que se rendían. Un oficial ruso escribió: “A los turcos sus jefes les pagaban por cada cabeza, por eso no querían escuchar nuestras peticiones de dejar con vida a los prisioneros. Para salvar a los pobres franceses, nosotros mismos les pagábamos el rescate a los turcos”. Un oficial ruso, al no tener dinero en efectivo, entregó su reloj de oro para salvar a un prisionero. Un cronista escribió: “Los marineros del almirante Ushakov probaron que el verdadero coraje siempre va acompañado de misericordia”.

Después de la derrota de los franceses en el archipiélago Jónico fue establecida la República de las Siete Islas Unidas.

Las naves de Ushakov continuaron navegando por el mar Mediterráneo con la orden de apoyar a las tropas rusas que combatían en el norte de Italia bajo el mando de Alexandr Suvórov contra los puertos franceses. Los rusos desembarcaron en el puerto de Bari y el treinta de septiembre de 1799 entraron en Roma. A finales del mismo año el almirante Ushakov recibió la orden de regresar al mar Negro. En octubre de 1800 los navíos rusos entraron en la bahía de la base naval de Sebastopol.

Guerrero pío

En marzo de 1801 fue asesinado el emperador Pablo I. Le sucedió el zar Alejando I, que cambió la política exterior del imperio: Rusia se alió con Francia y las islas Jónicas, conquistadas por el almirante Ushakov, fueron devueltas a los galos. El almirante fue convocado a San Petersburgo, donde se enteró de que a la Rusia “terrestre” no le hacía falta una armada fuerte, que era además “un objeto de valor innecesario”. En diciembre de 1806 Fiódor Ushakov dimitió. En su carta al emperador Alejandro I hizo un resumen de su carrera militar en el que destacó lo siguiente: “Gracias a Dios, en ninguna batalla naval de las que he librado he perdido un solo buque y ninguno de mis subordinados ha sido hecho prisionero”.

El almirante retirado se fue a vivir a la provincia de Tambov, en el sur del país, en una humilde aldea cercana al monasterio de Sanaxar, donde yacía su tío Fiódor. Ushakov nunca tuvo esposa ni hijos. Todas sus propiedades las legó a sus sobrinos y al monasterio. El marino se hizo muy devoto, solía acudir a todas las misas y repartir limosna. Fiódor Ushakov falleció el dos de octubre de 1817.

Cien años más tarde, tras la Revolución de Octubre, la capilla en el monasterio de Sanaxar, donde yacían los restos del almirante, fue destruida y el lugar de la tumba se perdió. Fue recuperado en el año 1944, cuando la historia ejemplar de la vida y de las hazañas del almirante Fiódor Ushakov se necesitó para fortalecer los ánimos de los marineros de la Unión Soviética que combatían contra los invasores alemanes. Los más valientes recibían la Orden de Fiódor Ushakov.

Desde 1944 la tumba del almirante está bajo protección del Estado. En 1991 el monasterio de Sanaxar fue devuelto a la Iglesia ortodoxa rusa. A día de hoy el lugar de sepultura del “guerrero pío” es visitado constantemente por peregrinos que buscan milagros. Desde el año 2000 Fiódor Ushakov es el santo patrón de la Marina de guerra de Rusia y de la Fuerza Aérea Estratégica (bombarderos con armas nucleares).

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